No he Muerto

Cuando mis pasos pasen sin remedio,
sin vida, savia, ni brote mi cuerpo esté,
amor, no le des territorio al dolor,
no dejes que el huracán mueva tu corazón,
no te hundas en tu abismo,
porque mi alma en la luz reposa.

Búscame en el viento que descansa en las sombras,
en la infinidad del océano extendido,
en el áureo ovillo vespertino, en la estación florida.
Eleva tu mirada profunda al cielo,
me verás durmiendo bajo ángeles
tejiendo hebras de luna y plata
que colgaré como estrellas sobre tu pelo

Que no se apague tu brillo, ni se deshoje tu fe,
no he muerto, mi amor no ha terminado,
sólo cambió de forma, de estado,
soy ahora esa luz que llevas en tus manos.

CENIZAS DE SU RECUERDO

Mis ojos los tengo puestos
en un horizonte que sólo yo veo,
beben al mundo antes del ocaso
mientras miro la calle mojada
y las gotas mueren en el vidrio

Siento la calma miedosa
de la tierra empapada.
Leo mis pensamientos en soledad,
y encuentro en ellos la nostalgia
de una vida que ya no es mía.

Como un faro ante el naufragio
veo los barcos que se lleva el viento,
los brazos que el horizonte traga
y engulle el olvido
como recuerdos sin gloria.

Todo terminó, todo lo que comienza
tiene su fin en el tiempo.
Los grillos con su canto,
testigos de mis sueños muertos,
despiden los versos rotos
y las cenizas de tu recuerdo.

Hoy todo acabó...
los indicios anuncian los finales
mientras los ojos del alma se hacen los ciegos.

Camino por la playa sin mirar el mar
cuando es azul, o cuando está en el silencio espeso
de su negrura.
No comprendo su danza ni hablo con su silencio,
tampoco escucho la música de sus tempestades,
ya estoy lejos de él...

Los cielos no me miran,
le doy la espalda a mis sueños,
mientras los aguaceros
se llevan la tinta de mis letras
y de mis versos.

Hoy mi esperanza se va,
se esfuma como el calor del sol, que se esconde,
y los fantasmas de humo
que se agitan con el guayabo del viento.

Mis anhelos se pierden
entre las montañas negras,
como los pasos de una tropa vencida,
como mi sombra cuando pinta tu ausencia.

ANJELIK

No he Muerto

Cuando mis pasos pasen sin remedio, sin vida, savia, ni brote mi cuerpo esté, amor, no le des territorio al dolor, no dejes que el huracán mueva tu corazón, no te hundas en tu abismo, porque mi alma en la luz reposa.

Búscame en el viento que descansa en las sombras, en la infinidad del océano extendido, en el áureo ovillo vespertino, en la estación florida. Eleva tu mirada profunda al cielo, me verás durmiendo bajo ángeles tejiendo hebras de luna y plata que colgaré como estrellas sobre tu pelo

Que no se apague tu brillo, ni se deshoje tu fe, no he muerto, mi amor no ha terminado, sólo cambió de forma, de estado, soy ahora esa luz que llevas en tus manos.

Mis ojos los tengo puestos en un horizonte que sólo yo veo, beben al mundo antes del ocaso mientras miro la calle mojada y las gotas mueren en el vidrio

Siento la calma miedosa de la tierra empapada. Leo mis pensamientos en soledad, y encuentro en ellos la nostalgia de una vida que ya no es mía.

Como un faro ante el naufragio veo los barcos que se lleva el viento, los brazos que el horizonte traga y engulle el olvido como recuerdos sin gloria.